Los 15 Omega más raros y caros jamás vendidos - Haycover - Seguro a todo riesgo para relojes de lujo

Los 15 Omega más raros y caros jamás vendidos

por | Jun 25, 2025 | Seguro para relojes

(y por qué merecen un seguro a todo riesgo)

Cuando piensas en relojes de lujo, el nombre Omega no tarda en aparecer. Fundada en 1848 en La Chaux-de-Fonds, Suiza, esta marca ha conquistado el corazón de coleccionistas, astronautas, actores y hasta reyes del rock.

Pero entre todos los modelos icónicos que ha producido, hay una categoría muy especial: los más raros y más caros jamás vendidos. Piezas que han pasado por casas de subasta como Phillips, Christie’s o Antiquorum, alcanzando precios que superan el millón de libras esterlinas.

En este artículo repasamos los 15 modelos más valiosos de Omega, con fechas, precios y lo que los hace tan deseados. Si tienes uno de ellos —o simplemente una pieza especial de la marca— esto te interesa.

*Nota importante sobre los precios

Los precios mostrados en este artículo han sido convertidos de libras esterlinas a euros (€) según el valor aproximado de cambio en el momento de cada subasta. Las cifras son orientativas y pueden variar según el tipo de cambio actual.


¿Por qué algunos relojes Omega valen millones?

Cada modelo de esta lista tiene algo especial:

  • Historia espacial (NASA, MIR, misiones lunares)
  • Asociaciones con celebridades (Elvis Presley, Ralph Ellison)
  • Rarezas de producción (esferas de cloisonné, tourbillons experimentales)
  • Ediciones únicas o prototipos secretos (como el Alaska Project)

La marca también ha innovado con movimientos revolucionarios como el Calibre 321, el 30 I Tourbillon, o el reciente Calibre 1932 con cronógrafo + repetición de minutos.

En resumen: piezas irrepetibles que merecen estar aseguradas con el mismo nivel de excelencia con que fueron creadas.

Joyas con historia: lo que distingue a cada modelo

15. Omega Speedmaster Professional Ref. 145.022-69 ST

💶 Vendido por aproximadamente 220.000 €

Empezamos fuerte. No con el primer Omega que pisó la Luna… pero casi. Este reloj no es cualquier Speedmaster. Este 145.022-69 ST voló al espacio en la muñeca de Ron Evans, astronauta de la misión Apollo 17, a bordo del módulo de mando «America».

Y por si algún escéptico dudaba de su linaje, Evans lo grabó con sus propias manos: “FLOWN IN C.S.M. TO THE MOON”, “APOLLO 17”, “HEAT FLOW EXPR” y las fechas exactas del experimento: “6–19 DEC 1972”. Ahí queda eso.

Este modelo de 42 mm en acero, fabricado en 1970, acompañó a Evans durante su paseo espacial de una hora. Ojo: fue el último paseo en el espacio profundo que ha hecho un ser humano.

Visualmente es brutal: bisel negro con escala taquimétrica plateada, esfera negra profunda con tres subcontadores y manecillas tipo espada. Claridad absoluta. Y dentro, una joya técnica: el Calibre 861, el primero de su tipo usado en el espacio, con 21.600 vibraciones por hora (un salto desde las 18.000 del mítico Calibre 321).

¿Precio en subasta? Unos 220.000 €. Y subiendo. Porque no es solo un reloj: Es una pieza de historia firmada por quien la vivió.

14. Omega Seamaster Chronomètre Automatic Ref. OT 2520

💶 Vendido por aproximadamente 254.000 €

Este reloj parece sacado de un sueño. No tiene pinta de Seamaster, ni de reloj de buceo. Y, sin embargo, es uno de los más cotizados que Omega ha creado.

Fabricado entre 1946 y 1956, solo se entregaba bajo pedido especial. Y aquí está el truco: si tenías buen gusto (y dinero), podías elegir el motivo de la esfera esmaltada. Este… eligió a Neptuno, con su tridente y dos caballos marinos corriendo en escena.

¿Y sabes cuántos hay así? Cinco. Pero con esta esfera y además montado sobre una caja de oro amarillo… solo tres conocidos en todo el planeta.

La esfera la fabricó Stern Frères, los mismos que hacían diales para Patek Philippe y Rolex. Porque esto no es un reloj. Es una obra de arte en miniatura. Esmalte cloisonné, la técnica más compleja y delicada que existe en relojería.

La caja es de 34 mm en oro amarillo de 18K. Las agujas tipo espada y los marcadores en forma de diamante lo convierten en un reloj de vestir con alma vanguardista. Va con correa de piel marrón claro, porque la elegancia también se calza bien.

Dentro late el Calibre 354 Chronomètre, con 40 horas de reserva de marcha y 17 rubíes.

¿Precio de venta en subasta? Unos 254.000 €.

No lo verás en escaparates. Ni en muñecas. Solo aparece en las subastas donde los coleccionistas se pelean como si fuera un Picasso… pero que da la hora.

13. Omega Seamaster Diver 300M 007 Edition Titanium Automatic

💶 Vendido por aproximadamente 266.000 €

Este reloj nació para la acción… y terminó como pieza de coleccionista.

Fue creado especialmente para la película “No Time To Die”. Y sí, lo llevó Daniel Craig como James Bond en pantalla, mientras salvaba al mundo con cara seria y buen traje. Pero no es solo marketing: es uno de los cinco relojes que usó el actor durante el rodaje.

Hecho de titanio de grado militar —más ligero que el acero, pero igual de resistente—, con caja de 42 mm, esfera marrón anodizada, bisel giratorio y cristal abombado. Todo pensado para aguantar persecuciones, explosiones, y quizás… una cena en Jamaica con una espía guapa.

El reloj fue modificado por “Q” en la trama para emitir un pulso electromagnético que desactiva aparatos electrónicos. Y eso le bastó para entrar en la leyenda.

Pero lo más importante es lo de fuera del guion: Este reloj fue subastado por Christie’s en 2022 para apoyar a la fundación benéfica Time’s Up UK. Se estimaba entre 17.000 y 23.000 €.

¿Y sabes por cuánto se vendió?

Por 266.000 €.

El Seamaster que no esperaban. El Bond que nadie vio venir. Un reloj moderno que se convirtió en historia viva del cine y la relojería en una sola jugada.

12. Omega Speedmaster “Broad Arrow” Ref. CK2915-1

💶 Vendido por aproximadamente 271.000 €

Año 1958. Omega apenas llevaba un año fabricando el Speedmaster. Y de esa primera camada, sale esta referencia: la CK2915-1. La primera. La madre. El punto de partida de una saga que acabaría en la Luna.

Fue el primer cronógrafo con escala taquimétrica en el bisel (no en la esfera). Y también el primero en montar el legendario Calibre 321. Ese mismo que años después llevaría Ed White en su paseo espacial.

¿Y por qué lo llaman “Broad Arrow”? Por esas agujas anchas como lanzas que lo hacen reconocible a metros de distancia.

Los coleccionistas adoran sus detalles raros: – La «O» de Omega bajo las 12 no es perfectamente redonda. – El bisel metálico tiene una estética única. – Solo se fabricó entre 1957 y 1959, en tres variantes: -1, -2 y -3.

Este en concreto, el -1, es el que marca el comienzo de todo. Y aunque su diseño parece sencillo, es uno de los relojes más buscados y venerados del catálogo Speedmaster.

El reloj se subastó en Phillips en 2022 por unos 271.000 €.

Hay Speedmasters… Y luego está este.

Un reloj que no se lleva para saber la hora, se lleva para decir: “Yo tengo el primero.

11. Omega Speedmaster Ref. 2915-1 “Tropical”

💶 Vendido por aproximadamente 292.000 €

Pocos relojes hacen salivar tanto a un coleccionista como un 2915-1 tropical. Mismo pedigrí que el anterior, pero con un detalle que lo hace único en el mundo: su esfera, que originalmente era negra, ha virado con los años a un marrón chocolate espectacular.

Eso no es defecto. Eso es patina de la buena. Es el tipo de cambio natural que solo ocurre en condiciones muy concretas. Y que convierte un reloj vintage en una obra maestra irrepetible.

Este modelo es hijo directo de dos gigantes: Pierre Moinat, jefe de diseño de Omega, y Claude Baillod, el genio creativo detrás del primer Speedmaster. Entre los dos parieron un reloj con alma de circuito de carreras… y que acabaría conquistando el espacio.

Este 2915-1 destaca por su bisel Base 1000 de acero, su caja con doble bisel (detalle exclusivo de los modelos del 59 al 67), y por tener la firma completa del pasado: – Calibre 321 manual – Agujas Broad Arrow – Corona original – Pulsadores sin cambiar

Y por si fuera poco, todo en estado impecable. Un raro caso donde el paso del tiempo mejora el reloj en vez de desgastarlo.

Se vendió en Christie’s en 2018 por unos 292.000 €.

Lo más cerca que puedes estar de tener la versión más pura y con más carácter del primer Speedy. Y con esa esfera… es como si llevaras un trozo de cacao suizo en la muñeca.

10. Omega Speedmaster Professional Ref. 145.012-68 SP

💶 Vendido por aproximadamente 294.000 €

Este reloj no es solo un homenaje al espacio. Es parte del espacio.

Fabricado en 1968, el año previo al alunizaje, este Speedmaster fue calificado por la NASA para todas las misiones tripuladas y actividades extravehiculares. Y no lo digo yo: lo dice la documentación oficial firmada por James H. Ragan, ingeniero de programas espaciales de la agencia.

El 145.012-68 SP no voló en misión lunar, pero acompañó a astronautas en misiones del Apollo, Skylab y el transbordador espacial. Y algunos de estos ejemplares llevan grabado un número de pieza de la NASA en la tapa trasera, además de un número de serie central.

Este modelo es una cápsula del tiempo: – Caja de 42 mm en acero inoxidableCalibre 321, sí, el mismo de los primeros Speedmasters – Esfera negra profunda con pátina tropical – Manecillas y marcadores con ese tono beige envejecido que derrite a cualquier amante de los vintages

Y por si fuera poco, está conservado en un estado excepcional. Nada de manos cambiadas, ni bisel nuevo, ni restauraciones invasivas. Es un Speedmaster puro, como salido del Centro Espacial Johnson en los 70.

Este se vendió en Phillips en 2022 por 294.000 €.

No es solo un reloj que estuvo cerca del espacio. Es una herramienta científica con alma de leyenda, y un recordatorio de cuando la humanidad se propuso tocar las estrellas… y lo consiguió.

9. Omega Speedmaster Ref. BA 345.0052.035 (MIR Space Station)

💶 Vendido por aproximadamente 325.000 €

Aquí no hablamos de inspiración espacial. Este reloj ha vivido en el espacio. Literalmente. Durante 365 días.

En julio de 1993, Omega mandó 35 relojes Speedmaster a la estación espacial rusa MIR. Querían estudiar qué pasaba con los movimientos mecánicos tras un año entero sin gravedad.

¿El resultado? Funcionaron a la perfección. Y lo que es más importante: volvieron intactos… y repletos de historia.

De esos 35, solo 5 eran de oro. Y este es uno de ellos.

Un Speedmaster Professional en oro amarillo, con caja de 42 mm, equipado con el calibre 863. Impresiona ya solo por la estética, pero cuando te enteras de que ha estado orbitando la Tierra durante un año, se te queda otra cara.

Durante su estancia, la estación MIR fue la primera plataforma habitada de investigación a largo plazo fuera del planeta. Quince años estuvo funcionando antes de precipitarse al océano Pacífico.

Este reloj vivió la etapa gloriosa de esa misión, y su historia está documentada.

¿Precio de venta? 325.000 € en subasta de Antiquorum, 2022.

Piénsalo: Todo el mundo presume de tener un reloj automático. Pero tú podrías tener uno que ha visto la Tierra desde arriba.

8. Omega Speedmaster Ref. 2915-1 “Chocolate Dial”

💶 Vendido por aproximadamente 425.000 €

Este es un reloj que grita vintage desde el otro lado de la vitrina. Y no solo por la referencia. Este 2915-1 tiene algo que lo hace único: una esfera con pátina color chocolate, tan uniforme y perfecta que parece pintada a mano.

Fabricado entre 1957 y 1959, el 2915-1 es la primera iteración de Speedmaster. Y sí, esta unidad conserva todos los ingredientes originales: – Caja de 38 mm en aceroCalibre 321 intacto – Agujas Broad Arrow – Bisel Base 1000 – Corona y pulsadores originales (sí, esos que la mayoría cambia… y este no)

La esfera ha envejecido con una belleza difícil de encontrar. El paso del tiempo ha dado lugar a una pátina marrón oscura que los coleccionistas llaman tropical. El lumen de las agujas y los índices ha tomado ese tono ámbar que sólo dan los años bien vividos.

Todo en él es armonía. Legibilidad perfecta. Proporciones equilibradas. Una pieza que no necesita gritar para que sepas que estás delante de una leyenda silenciosa.

Se subastó en Phillips en 2018 por unos 425.000 €.

Y aunque hay Speedmasters más raros, pocos están tan bien conservados. Este no parece restaurado. Parece detenido en el tiempo.

7. Omega Chronomètre à Tourbillon (Ref. única)

💶 Vendido por aproximadamente 530.000 €

A veces Omega no quiere hacer relojes bonitos. Quiere dejar a todo el mundo en ridículo técnicamente.

Y eso es justo lo que hizo con este Chronomètre à Tourbillon.

Este no fue hecho para tiendas. Ni para muñecas. Fue creado para competir en concursos de precisión astronómica.

Diseñado en 1947 por Jean-Pierre Matthey-Claudet y Marcel Vuilleumier, fue uno de los primeros tourbillons de pulsera de la historia. Solo se hicieron 12 movimientos, para competir en observatorios como los de Ginebra, Neuchâtel y Kew-Teddington.

Y este… ganó. Marcó el mejor resultado registrado en Ginebra hasta la fecha: 867,7 puntos. En tiempos donde todo era mecánico, esto era como lanzar un cohete a la precisión absoluta.

Pero eso no es todo: Este movimiento fue adquirido por nada menos que Franck Muller, que lo ensambló en los años 80, con caja encargada a Jean-Pierre Hagmann (el mismo que hacía las cajas para Patek Philippe) y esfera de Tille, un artista del esmalte.

La caja, en oro amarillo de 40 mm, encierra el Calibre 30.I de 1947, girando cada 7,5 minutos en su jaula de tourbillon. Es una pieza que rompe todas las reglas: mitad laboratorio, mitad leyenda.

Se subastó en Antiquorum en 2021 por aproximadamente 530.000 €.

¿Un Omega que compitió en pruebas de precisión y fue rescatado décadas después por uno de los relojeros más famosos del mundo? Sí. Y solo hay uno así.

6. Omega Speedmaster Ref. 145.022 “Alaska Project”

💶 Vendido por aproximadamente 540.000 €

Sí, suena a misión encubierta. Y lo era.

«Alaska Project» era el nombre en clave de una serie de relojes que Omega desarrolló en los años 70 para una sola cosa: Sobrevivir al espacio. Al de verdad. Al frío brutal. A la radiación. A los -100 °C del lado oscuro de la Luna.

Este modelo forma parte de ese experimento loco e impresionante. Una serie ultra-limitada de prototipos diseñados para la NASA, con especificaciones que parecían de ciencia ficción:

– Caja de aluminio anodizado rojo para proteger el reloj de los cambios de temperatura extremos. – Esfera blanca como la nieve para reflejar la radiación y mejorar la legibilidad. – Agujas sobredimensionadas y subesferas más visibles. – Y en la trasera, grabado a fuego: “Flight-qualified by NASA for all manned space missions” “Alaska Project Limited Series”

Omega creó varios prototipos bajo este nombre: Alaska I, II, III y IV. Este modelo en concreto es un Alaska II, con caja clásica Moonwatch pero con ADN mutante. Es como si le hubieran dado esteroides de ingeniería.

Aunque nunca llegó al espacio, estuvo a punto. Y eso basta para que hoy se le considere un grial silencioso dentro de la comunidad más purista.

Se subastó en Phillips en 2022 por 540.000 €. Y eso sin necesidad de marketing ni embajadores. Solo con historia.

Porque hay Speedmasters. Y luego están los que nacieron para morir en la Luna… y sobrevivieron.

5. Omega Speedmaster Chrono Chime

💶 Precio de venta oficial: 575.000 €

Sí, leíste bien. 575 mil euros por un Omega moderno. ¿Está loco Omega? No. Lo que está loco… es este reloj.

El Chrono Chime es el Omega más complejo jamás creado. Combina un cronógrafo completamente integrado con una repetición de minutos. Pero con un giro: no da la hora… da el tiempo cronometrado. Sí, pulsa un botón… y suena lo que has cronometrado.

¿Y sabes qué lo hace sonar? Una placa de resonancia hecha de madera de abeto, como los Stradivarius. Este reloj canta.

Está hecho de oro Sedna de 18 quilates, con caja de 45,5 mm, esfera azul aventurina Grand Feu, y subesferas decoradas con un patrón de ondas acústicas también en oro. Un lujo que roza lo poético.

El botón a las 8 lleva grabada una nota musical. No es broma. Presionas y el reloj canta la duración cronometrada con tonos distintos. Tictac, ticlin, y el coleccionista se derrite.

El calibre 1932, desarrollado con Blancpain, tardó 6 años en construirse. Todo montado a mano. Todo nuevo. Nada heredado.

¿Dónde lo compras? Solo si llamas a la boutique correcta… y cruzas los dedos.

Y sí, este reloj no se subastó. Se vende directamente por Omega… si tienen uno disponible. Y por 575.000 €. Sin descuentos. Sin stock.

Es lo más cerca que Omega ha estado de fabricar un Patek Philippe con alma rebelde.

4. Omega Speedmaster Ref. 145.012-67 SP – El reloj de Ralph Ellison

💶 Vendido por aproximadamente 590.000 €

Un Speedmaster con historia espacial emociona. Pero uno con alma literaria… eso es otro nivel.

Este reloj perteneció a Ralph W. Ellison, autor de la novela “Invisible Man”, ganadora del National Book Award en 1953. Un clásico de la literatura americana. Un símbolo de la identidad negra en EE.UU.

Ellison era un tipo elegante. Traje impecable, bigote fino, puro en mano… y siempre, siempre, su Speedmaster en la muñeca.

Lo llevó hasta el final de sus días, incluso cuando se le cayó el pulsador superior del cronógrafo. Porque algunos relojes no se cambian, ni se jubilan. Se viven.

Esta unidad, referencia 145.012-67 SP, tiene todo lo que un coleccionista sueña:

– Caja de 40 mm en acero – Esfera negra con pátina y marcadores tipo bastón – Manecillas tipo espada – Calibre 321 latiendo por dentro – Y, sobre todo, una vida documentada en fotos, entrevistas, retratos

El reloj fue vendido inicialmente en una subasta menor en 2016. Pero su importancia no tardó en explotar. En 2021, Phillips lo vendió por 590.000 €.

No por rareza mecánica. Por lo que representa: Un intelectual afroamericano que rompió barreras, y que nunca se quitó su Omega, ni siquiera cuando le faltaba una pieza.

Un reloj que no cuenta segundos. Cuenta ideas. Lucha. Presencia. Y eso no tiene precio.

3. Omega Tourbillon 30 I (1947)

💶 Vendido por aproximadamente 1.480.000 €

Hay relojes que cuentan el tiempo. Y otros que le dan una paliza al tiempo.

Este es uno de esos.

En 1947, mientras el mundo reconstruía ciudades, Omega se obsesionó con algo muy distinto: ganar en los concursos de precisión de Ginebra. Y no solo ganar… aplastar a los suizos en su propio terreno.

Así nació el Calibre 30 I Tourbillon. Un movimiento de 30 mm, hecho a mano, que giraba cada 7,5 minutos. Un prodigio técnico que solo podía cargarse a cuerda manual. Lo diseñaron pensando en una sola cosa: ganar.

¿Y lo logró? Sí. En 1950, logró el mejor resultado de la historia en el Observatorio de Ginebra. Una especie de Juegos Olímpicos de la relojería.

El calibre dormía desde entonces… Hasta que, en 1987, se recuperaron 7 de los 12 movimientos y se montaron en cajas de acero y oro.

Este en concreto, vendido por Phillips en 2017 por 1.480.000 €, viene en caja de acero, con esfera en estado impecable, números arábigos, manecillas tipo hoja y segundero pequeño a las 6.

No se diseñó para gustar. Se diseñó para humillar en pruebas de precisión. Y lo hizo.

Este reloj no fue a la Luna. No lo llevó Bond. Pero es, sin duda, uno de los Omega más importantes jamás creados.

No porque lo diga la marca. Sino porque lo dicen los números, los jueces… y la historia.

2. Omega Tiffany & Co. Ref. H6582/D96043 – El reloj de Elvis Presley

💶 Vendido por aproximadamente 1.850.000 €

Sí, has leído bien. Este Omega fue un regalo para Elvis Presley, el Rey del Rock. Y no cualquier regalo. Uno con historia grabada en la parte trasera.

El 25 de febrero de 1961, RCA Victor organizó un evento para celebrar que Elvis había vendido 75 millones de discos. Le entregaron una placa… y algo más elegante: un Omega firmado por Tiffany & Co., con la inscripción:

«To Elvis, 75 Million Records, RCA Victor, 12-25-60»

El reloj fue un símbolo. Un reconocimiento. Y sí, Elvis lo llevó puesto. En conciertos, entrevistas, apariciones públicas. Lo puedes ver en las fotos, en los vídeos… siempre con él. Y eso, en el mundo de los coleccionistas, vale oro.

Este Omega tiene una caja de 32,5 mm de oro blanco de 18 quilates, con 44 diamantes engastados en el bisel, y una esfera blanca inmaculada con segundero pequeño a las 6. Y justo debajo del logo de Omega… La firma que dispara su cotización: Tiffany & Co.

En su interior, el calibre 510 de cuerda manual, discreto pero robusto.

Este reloj se vendió en Phillips en 2018 por unos 1.850.000 €. Y eso que no tiene tourbillon, ni complicaciones, ni caja de titanio… Solo tiene algo que lo hace eterno: la historia de Elvis Presley en su interior.

No es un reloj. Es el símbolo del hombre que hizo bailar al mundo.

1. Omega Speedmaster Ref. 2915-1 – “El reloj del escándalo”

💶 Vendido por aproximadamente 3.200.000 €

Todo apuntaba a que sería el Santo Grial de Omega. Un 2915-1 con esfera tropical, calibre 321, agujas Broad Arrow y una historia de locura.

Se subastó en 2021, en la casa Phillips, por la friolera de 3.200.000 €. Una cifra histórica. Récord absoluto para la marca.

La noticia corrió como la pólvora: Omega había recomprado uno de sus primeros Speedmaster por un precio récord. ¿Por qué? Porque lo querían para su museo. Porque representaba el origen. La pureza. El primer paso hacia la Luna.

Pero entonces… saltó la bomba.

Expertos independientes descubrieron que muchas de las piezas del reloj eran frankenparts: componentes auténticos, sí, pero sacados de otros relojes vintage.

El número de serie grabado en el puente del escape no coincidía. El grabado del movimiento estaba manipulado. Algunas piezas eran sustituciones disfrazadas de originales.

¿Resultado? Omega, que ya lo tenía en su colección, inició acciones legales contra tres antiguos empleados. Y el reloj pasó de ser una joya… a ser el protagonista del mayor fraude de alta relojería en tiempos recientes.

Pero ojo: Incluso con el escándalo, el reloj sigue siendo un 2915-1 de primera generación. Con una esfera tropical bellísima. Con una estética de museo. Y con una historia que lo ha hecho más famoso que nunca.

Hay relojes que marcan un antes y un después.

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Fuente original: Este artículo se basa en la publicación original en inglés: 15 Rarest And Most Expensive Omega Watches Ever Sold In Timekeeping History